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Una simple intervención en la dieta de frijoles demuestra efectos prebióticos significativos

Una simple intervención en la dieta de frijoles demuestra efectos prebióticos significativos
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Esta investigación se centró en cómo dicho cambio en la dieta afecta la microbiota intestinal, así como los marcadores y metabolitos circulantes, en personas obesas con antecedentes de neoplasia colorrectal y pólipos precancerosos. El estudio también incluyó a participantes que tomaban medicamentos como estatinas o metformina.

El seguimiento a largo plazo de este ensayo no invasivo y de bajo riesgo denominado ‘Los frijoles para enriquecer el microbioma intestinal frente a los efectos negativos de la obesidad (BE GONE)’ se llevó a cabo en el MD Anderson Cancer Center en Texas, Estados Unidos (EE. UU.) Está en marcha.

Fondo

Los estudios han demostrado que los pacientes con obesidad, dietas poco saludables y antecedentes de cáncer colorrectal o pólipos precancerosos a menudo experimentan desequilibrios a largo plazo en su microbioma intestinal, incluso después de un tratamiento exitoso contra el cáncer o la extirpación de pólipos.

Ajustar la dieta para modificar el microbioma intestinal parece ser una estrategia prometedora para el tratamiento de pacientes de alto riesgo. Sin embargo, un desafío importante es garantizar que estas personas, en particular las que se recuperan de un cáncer, puedan adoptar y tolerar con éxito cambios en la dieta.

En este contexto destaca la pequeña frijol azul marino de color blanco. Es un alimento rico en nutrientes, asequible y ampliamente disponible. Al actuar como prebiótico, las judías blancas pueden desempeñar un papel clave en la restauración de la diversidad del microbioma intestinal. Potencialmente, esto podría mejorar la salud intestinal y metabólica de los sobrevivientes de cáncer.

Un creciente conjunto de evidencia sugiere que estos pacientes tienen disbiosis intestinal debido a una desregulación metabólica en la producción de aminoácidos de cadena ramificada, aumento de la permeabilidad intestinal y endotoxemia de bajo grado.

Sobre el estudio

En el presente estudio, los investigadores primero sometieron a todos los inscritos a un período de equilibrio/preparación de cuatro semanas, seguido de una división aleatoria en dos grupos.

El primer grupo (control) estaba compuesto por participantes que seguían una dieta habitual sin frijoles secos (control), y el otro grupo (prueba) comenzó una dieta de intervención de ocho semanas.

La dieta de intervención implicó agregar gradualmente frijoles blancos a la dieta habitual de los participantes (1 taza/día) durante ocho semanas y complementarlos con 16 g de fibra dietética, 14 g de proteína y 220 kcal.

Fue seguido por un cruce inmediato a la dieta de control, lo que facilitó comparaciones cruzadas de los cambios en los marcadores de heces y sangre cada cuatro semanas durante la intervención de ocho semanas para medir el cumplimiento durante el período de intervención.

El resultado primario fueron los cambios intra e interindividuales durante la intervención en el microbioma intestinal. Específicamente, evaluaron la diversidad alfa microbiana intestinal, la abundancia relativa de taxones individuales y las distancias de diversidad beta de los perfiles del gen del ácido ribonucleico ribosomal (ARNr) 16S para cada sujeto en cada momento.

Los investigadores también evaluaron la estabilidad de estas medidas durante los períodos de “regreso al control” y “permanencia en control”.

Además, los investigadores realizaron un análisis metabolómico global en paralelo para identificar cambios en los metabolitos circulantes (biomarcadores proteómicos) asociados con la intervención y cambios en la composición microbiana.

Resultados

El estudio comenzó con el contacto inicial con 240 personas, de las cuales 71 dieron su consentimiento para participar. Al final, 69 personas participaron en la prueba de 16 semanas, con una tasa de finalización del 87%. De ellos, 48 participantes se incluyeron en el análisis por intención de tratar (ITT).

El estudio observó que la intervención de ocho semanas condujo a un ligero aumento en el consumo de fibra para la mayoría de los participantes, quienes inicialmente tenían una ingesta de fibra dietética por debajo del umbral recomendado.

Aunque algunos participantes informaron haber experimentado hinchazón y cambios en los hábitos intestinales de leves a moderados, el cumplimiento general de la intervención dietética prescrita en el estudio fue alto.

En particular, aquellos que experimentaron cambios en sus hábitos intestinales también vieron un aumento en la diversidad de su microbioma intestinal durante el período de intervención.

Un modelo lineal mixto que analiza los cambios temporales en los taxones microbianos mostró que algunos taxones bacterianos disminuyeron la intervención post-dieta y otros aumentaron, con cambios más significativos en la diversidad alfa y beta en los participantes de mayor edad.

Curiosamente, algunas bacterias que se desplazaron durante la intervención eran especies metabolizadoras de azufre (p. ej., Bilophila wadsworthia) que han establecido vínculos con el cáncer colorrectal.

La secuenciación metagenómica de 140 muestras de 48 participantes confirmó la coherencia de estos resultados.

Además, mostró cómo la intervención prebiótica con frijoles secos reguló negativamente las vías del contenido de genes microbianos asociadas con la biosíntesis y fermentación de aminoácidos de cadena ramificada. La secuenciación metagenómica también reveló aumentos en las especies Eubacterium rectale y Bifidobacterium adolescenteis.

La intervención del estudio aumentó las puntuaciones del índice de Simpson inverso, un indicador de la diversidad alfa microbiana, lo que indica una distribución más equilibrada de todos los tipos de bacterias.

La abundancia relativa de Roseburia y Streptococcus disminuyó mientras que la de Faecalibacterium aumentó.

En cuanto a los efectos sobre el metaboloma del huésped, el ácido pipecólico (PA) y la S-(5′-adenosil)-l-metionina (SAM) aumentaron durante la intervención, mientras que un derivado del indol disminuyó.

Asimismo, la trigonelina y la teofilina aumentaron durante la intervención pero no cambiaron cuando los participantes cambiaron al control. Además, la “dosis” de frijoles fue suficiente para mejorar el LDL y la salud metabólica general.

Además, la intervención con frijoles secos provocó un aumento en el factor de crecimiento de fibroblastos (FGF-19), una disminución en los niveles del receptor alfa de interleucina diez (IL10ra) y varias otras citoquinas inmunooncológicas, por ejemplo, el ligando 1 de muerte celular programada. (PD-L1). Todos estos metabolitos y biomarcadores microbianos tienen posible relevancia terapéutica.

Conclusiones

Este ensayo demostró que agregar una taza de frijoles blancos prebióticos a la dieta habitual era una estrategia segura y escalable para modular el microbioma intestinal de los pacientes con cáncer colorrectal, que tal vez no puedan soportar cómodamente otros cambios dramáticos sin apoyo.

De hecho, los alimentos prebióticos muestran el potencial de convertirse en un componente destacado de los regímenes dietéticos complementarios para pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal y también con diabetes.

Las investigaciones futuras deberían avanzar en la comprensión de los metabolitos y marcadores biológicos que podrían complementar esta estrategia dietética y mejorar los resultados clínicamente relevantes obtenidos con alimentos prebióticos.

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