Al comparar las bacterias que se encuentran en las frutas y verduras con las que se encuentran en el intestino humano, los investigadores han demostrado, por primera vez, que el consumo de frutas y verduras contribuye positivamente a la diversidad bacteriana de nuestro microbioma intestinal.
La diversidad bacteriana en el intestino juega un papel importante en la salud. El microbioma humano ha ocupado un lugar destacado en la investigación, y se han establecido vínculos entre él y el cáncer, la personalidad, la memoria y enfermedades como la diabetes y la esclerosis múltiple.
Si bien se entiende que el microbioma de una madre se transfiere a su bebé al nacer y se potencia con la lactancia materna, ¿qué otras fuentes de bacterias intestinales existen? Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Tecnológica de Graz (TU Graz) en Austria ha confirmado, por primera vez, que una fuente son las frutas y verduras.
“Se ha demostrado por primera vez que los microorganismos de frutas y verduras pueden colonizar el intestino humano”, afirmó Wisnu Adi Wicaksono, autor principal y correspondiente del estudio.
Un microbioma es la totalidad de todos los microorganismos –buenos y malos– que colonizan total o parcialmente un macroorganismo, como nosotros, los animales y las plantas. En el estudio actual, los investigadores comenzaron creando un catálogo de datos de microbiomas de 156 frutas y verduras. Luego compararon estos datos con datos de dos estudios sobre la flora intestinal humana: uno que analizó los microbiomas de los bebés y otro que examinó los microbiomas de los adultos. Ambos estudios también recopilaron información sobre la ingesta de alimentos de los participantes.
Ambos estudios en humanos proporcionaron datos del metagenoma de alrededor de 2.500 muestras de heces, lo que permitió a los investigadores evaluar varios miles de millones de secuencias. A partir de este extenso conjunto de datos, pudieron demostrar la presencia de microflora de frutas y verduras en el intestino humano, y las bacterias asociadas a frutas y verduras contribuyen a una media del 2,2% de la diversidad bacteriana general.
Además de resaltar la importancia de las frutas y verduras como fuente natural de microbiota, los investigadores dicen que sus hallazgos también resaltan la importancia de emplear buenas prácticas agrícolas.
“La ingesta de bacterias asociadas a plantas a través del consumo de frutas y verduras es una de las principales conexiones entre el microbioma humano y el microbioma ambiental”, dijeron los investigadores. “Por lo tanto, cualquier factor que influya en la microbiota autóctona de frutas y verduras, es decir, las prácticas agrícolas, el mejoramiento y los tratamientos poscosecha, puede afectar directa o indirectamente la composición de la microbiota intestinal”.
Los investigadores ya están trabajando en un estudio internacional en el que las personas comerán exactamente lo mismo durante un período, después del cual se analizarán sus heces. Si bien depende de lo que encuentre el estudio, existe la posibilidad de que las dietas individualizadas aborden necesidades particulares.
“Cada fruta y verdura tiene un microbioma único”, dijo Gabriele Berg, otro de los autores correspondientes del estudio. “Entonces, tal vez en algún momento se pueda elaborar una dieta personalizada basada en eso”.