Mientras digiere la mala salida de Los arándanos en la Eurocopa U21 (la selección francesa no pudo vencer a Dinamarca y perdió por la mínima en su debut en la competición), Eduardo Camavinga no se olvida de la otra delantera que tiene en tierras francesas: su salida de Rennes. Y solo hay un camino en su mente: el del Real Madrid, donde espera encontrarse con Zinedine Zidane, la leyenda francesa y actual entrenador de los blancos. Camavinga lo tiene claro desde el momento en que se enteró de que Zizou había visto su despliegue ahora hace un año y medio, en agosto de 2019, en un partido ante el PSG, en el que el joven Eduardo, de tan solo 17 años, llevó a su equipo a una Victoria ante la todopoderosa entidad parisina (2-1, con su asistencia en el segundo gol de los locales).
Desde entonces, la relación entre el jugador y el técnico ha crecido hasta tal punto que Camavinga solo piensa en marcharse este próximo verano con los blancos como meta final. Su deseo de trabajar con Zidane es el motivo que le llevó a tomar esta decisión. Piensa que aún es joven y que todavía le queda mucho camino por recorrer, pero que este tránsito sería mucho más rápido si lo hace con Zidane, aunque también es consciente de que las puertas no se pueden cerrar: Chelsea, Manchester United, y Por supuesto, el propio PSG, acecha sus movimientos. El problema que podría surgir es si vendría al Madrid si Zidane deja de ser el técnico blanco. Pese a que tiene contrato hasta 2022, el técnico ya viene avisando desde enero de que no podría ocupar el banquillo madrileño la próxima temporada… aunque no ha perdido el tren de apreciar mucho la labor que desarrolla su compatriota: “Es un buen jugador, es joven y tiene futuro. Pero no voy a decir nada más, no es nuestro jugador ”, dijo el técnico francés en la rueda de prensa previa al partido ante el Elche hace un par de semanas.
Este mes de marzo está siendo complicado para Camavinga. A principios de mes dimitió su mentor y entrenador que le hizo debutar en el primer equipo del Rennes, Julien Stéphan. como máximo responsable del conjunto bretón, que ha dado un vuelco a su situación. Con contrato hasta 2022, el talentoso centrocampista prefiere irse ahora que esperar un año. Representado por Jonathan Barnett (ya ha advertido que su traspaso será caro) el mismo que dirige las riendas de Gareth Bale, comienza a sentar las bases de una futura negociación. En este aspecto choca con los intereses del propietario del conjunto Rennes, se trata de la familia Pinault, una de las dinastías más ricas del país francés. El propietario, François-Henri Pinault, nació en esa ciudad en 1962… No será por dinero. Pero los malos resultados de esta campaña (es bastante difícil meterse en los puestos que dan acceso a las competiciones europeas: está a 15 puntos del Mónaco, cuarto) pueden hacer variar esa opción.
