México ordenó el viernes a los militares desplegarse a lo largo de su frontera sur para bloquear una caravana de migrantes que el presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió que estaba vinculada a las elecciones estadounidenses.
Miles de migrantes, en su mayoría hondureños, viajaban por Guatemala, rumbo a Estados Unidos vía México, pocas semanas antes de una tensa votación presidencial estadounidense en la que la inmigración es un tema clave.
“Nos parece muy extraño. Es muy extraño que esta caravana parta en vísperas de las elecciones en Estados Unidos”, dijo López Obrador a periodistas.
“Tiene que ver con la elección en Estados Unidos. No tengo todos los elementos pero creo que hay indicios de que se armó para ese propósito”, agregó.
Los migrantes, en su mayoría hombres jóvenes, cruzaron la frontera de Honduras a Guatemala el jueves a pesar de las restricciones vinculadas a la pandemia de coronavirus.
Muchos no usaban máscaras para protegerse contra la propagación de la infección.
Algunos regresaron a su país después de que el gobierno guatemalteco ordenó que fueran detenidos y deportados.
México desplegará cientos de militares y personal de inmigración en su frontera para evitar que la caravana ingrese al país, dijo un alto funcionario del gobierno.
“No van a cruzar”, dijo a la prensa Francisco Garduño, jefe de la autoridad migratoria mexicana.
Garduño dijo que los migrantes deben “respetar la ley de inmigración”.
López Obrador, sin embargo, dijo que México quería evitar un enfrentamiento con la caravana.
En los últimos años, miles de migrantes centroamericanos que viajan en grandes grupos han cruzado a México, con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien busca un segundo mandato en las elecciones del 3 de noviembre, ha amenazado a México con aranceles elevados si no hace más para detener el aumento de inmigrantes indocumentados.
López Obrador ha desplegado unos 26.000 soldados en las fronteras del país en respuesta.
El populista de izquierda ha buscado mantener buenas relaciones con Trump a pesar de la retórica antimexicana del líder estadounidense, y eligió Estados Unidos para su primera visita al extranjero después de asumir el cargo.
Dijo que México había “hecho todo lo posible” para no verse envuelto en la campaña por la Casa Blanca.
“Sin embargo, no dejan de intentar inyectar el tema en el debate”, dijo.
El gobierno de Trump anunció el jueves que Estados Unidos admitirá un mínimo histórico de 15.000 refugiados en el próximo año.
Su rival demócrata en las elecciones del 3 de noviembre, Joe Biden, se ha comprometido a elevar el límite de refugiados a 125.000, diciendo que dar la bienvenida a los perseguidos está en línea con los valores estadounidenses.
