España ha empezado la semana como acababa la última: observando con preocupación la subida generalizada de casi todos los indicadores que miden la propagación de una segunda ola del coronavirus. Desde el lunes pasado, se han diagnosticado un total de 46.000 casos, un aumento del 13% del total desde que se apoderó de la epidemia. El país ha confirmado hasta ahora 405.000 casos positivos desde el mes de marzo.
Madrid sigue siendo el foco de la crisis sanitaria, y ha registrado 15.000 nuevos casos en solo una semana, un aumento del 16,1% hasta los 108.000 diagnósticos acumulados. La región tiene 300 hospitalizaciones más desde el pasado jueves, cuando el Ministerio de Salud comenzó a ofrecer información detallada sobre este dato, que es un alza del 24% en cuatro días, para un total de 1.544 pacientes. Esta cifra representa el 12% de la capacidad total de los hospitales de la región. Los ingresos en unidades de cuidados intensivos (UCI) son actualmente 165, un 31% más que el jueves.
La Comunidad de Madrid optó este domingo por confinar el pequeño municipio de Tielmes el domingo, una medida que, según el Ministerio de Sanidad, podría no ser la última que deba adoptarse. “Es cierto que en otros municipios, que forman parte del gran Madrid metropolitano, es más difícil aplicar este tipo de medidas, pero claro que si la incidencia sigue aumentando habrá que tomar medidas drásticas”, dijo el lunes Fernando. Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias del Ministerio de Sanidad (CCAES), durante una de sus habituales ruedas de prensa sobre la crisis del coronavirus. “No sé si será un encierro o de otro tipo, sin restringir la movilidad más allá del perímetro. Estoy seguro de que la Comunidad de Madrid tiene todas las opciones sobre la mesa “.
Una de las pocas buenas noticias que ha informado el lunes el ministerio es que la propagación del virus se está ralentizando en regiones que han estado en una situación epidemiológica mala, como Aragón y parte de Cataluña. Esto demuestra que la realización de pruebas de PCR masivas y el rastreo de contactos pueden mejorar incluso los escenarios más pesimistas. El coste, sin embargo, es la necesidad de más restricciones, como las anunciadas este lunes por el primer ministro catalán, Quim Torra, que prohibirán las reuniones de más de 10 personas además de por motivos de transporte, trabajo o educación.
Pero la situación claramente está empeorando en el resto del país, en particular en áreas que comenzaron con una mejor situación epidemiológica. El mejor ejemplo es Murcia, que, desde el jueves, ha triplicado el número de pacientes en UCI, hasta los 31. Sus ingresos hospitalarios también han aumentado un 131% y los casos positivos han aumentado un 25%. Todo esto llevó ayer al Gobierno regional a limitar las reuniones sociales a seis personas.
El efecto de la pandemia también se ha incrementado notablemente en Baleares, donde las hospitalizaciones han aumentado un 43%, Canarias, donde las hospitalizaciones han aumentado un 30% y las de UCI un 69%, Castilla-La Mancha (las hospitalizaciones han aumentado un 45%) y Castilla y León (hospitalizaciones hasta 26%). Sin embargo, las dos últimas regiones registraron subidas menores que el resto en términos de nuevos casos: alrededor del 10% durante los últimos siete días. Esto sugeriría que las medidas implementadas para controlar las infecciones están surtiendo efecto. Los expertos explican que las hospitalizaciones y la mortalidad comienzan a aumentar dos o tres semanas después de que lo hacen los nuevos casos.
Los indicadores también son prometedores en Cantabria, Asturias, Galicia y Extremadura, pero han comenzado a subir en Andalucía. En el País Vasco la situación sigue complicada y el número de nuevos casos ha aumentado un 16% en una semana, con las hospitalizaciones hasta un 21% desde el jueves hasta las 404, que es el 10% de la capacidad del servicio sanitario. Las admisiones a la UCI han aumentado un 37%, a 37, desde el jueves.
“La tendencia alcista está presente en un gran número de regiones, pero es cierto que en algunas de ellas estamos observando la estabilización del número de casos y en la incidencia semanal”, explicó Simón este lunes.
Sin embargo, los datos del país en su conjunto pintan un panorama mayormente preocupante. La incidencia acumulada en los últimos 14 días, que es una de las variables más utilizadas para comparar la situación con otros países, sigue aumentando y actualmente se sitúa en 166 casos por 100.000 habitantes.
Sin embargo, el número de personas que han comenzado a sufrir síntomas en las dos últimas semanas ha disminuido ligeramente. El ministerio no proporciona datos durante el fin de semana, pero el viernes, esta cifra fue de 21.659 y el lunes fue poco menos de 21.000. Este dato también es observado de cerca por los expertos para monitorear el avance de la epidemia, dado que ofrece el indicador más reciente de la crisis sanitaria. Esta caída, tras muchos días de subida, es, en principio, positiva. Sin embargo, se necesitan más días antes de que se pueda determinar si se trata de un cambio sólido de tendencia.